Que nadie nos robe la posibilidad de seguir soñando.

-elambulante-

25 marzo 2013

Las tetas de Alicia

En una perversa y anodina noche, en las postrimerías invernales y aplicando el código impertérrito de los onanistas en estado vegetativo, hallé sin menoscabo de mi honradez, una imagen voluptuosa a la par de sensible e inspiradora a la par que nostálgica. Mi saliba en la garganta se deslizó de forma repentina, abrupta y precipitada una y otra vez sin cesar observando con incredulidad ese don de la naturaleza que Alicia posee y que alguna fuerza proviniente del espacio exterior le ha regalado y que ella, muy generosamente, nos enseña, mejor dicho, nos muestra en parte para que ejerzamos la imaginación como juego de adolescentes invadidos por la llegada de la primavera, pero que Alicia  nos muestra en todas las estaciones del año.
Es Alicia una joven a la que le une una conexión espiritual conmigo. Y es así porque defiende con su muestrario de ropa interior que el buen gusto, la sensibilidad y el poderío no van reñidos con el noble arte del vaivén manual, con el estruendoso grito fustrado de deseo y con la voracidad del deseo masculino